RITUALES DIARIOS

Mención Honrosa

Leyendo el diario sentada en ese banco, pasa las hojas lento, como su andar con las bolsas de lo que será su comida. Para qué volver, si nadie la espera. Su casa está vacía de vida y repleta de recuerdos. En la plaza cambia el aroma a melancolía por jacarandá. El sol acaricia un poco su ropaje, ese es el único calor que recibirá. Deja el crucigrama para la tarde después de la siesta. Cuando pasa esa chica con la mochila sabe que son las doce y media, falta poco para que llame su hijo desde España, no quiere llegar tarde.

Marina Suárez, 51 años
Buenos Aires

Ilustración: Jazmín Varela