Mención Honrosa
En el pasaje El Chacho hay una casita, entre mil, que no fue alcanzada por las remodelaciones del barrio. Por el vidrio partido, sobre la puerta principal, todos los otoños a la tarde entra un rayo de sol que ilumina una rendija en uno de los escalones de la escalera hueca de madera. Sé que, detrás de esa rendija, hay escondida una carta escrita con mi letra de niño que dice: «Te pido que se mueran todos». Parado en la puerta de esa casa, una mujer me asegura que removieron los escalones por problemas de cucarachas: nunca encontraron ninguna carta.
Christian Olmos, 53 años, Tigre.
Ilustración: La Watson